Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) Oignons
1881, óleo s/tela 39,1 x 60,6 cm. The
Clark Art Institute, Williamstown, Massachusetts USA.
Pablo Neruda (1904-1973)
ODA A LA CEBOLLA*
Cebolla
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te
acrecentaron
y en el secreto de la tierra
oscura
se redondeó tu vientre de
rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el
huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda
transparencia,
y como en Afrodita el mar
remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.
Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma
de oro.
También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la
ensalada
y parece que el cielo
contribuye
dándote fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios de un
tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro
camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin
afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.
*Pablo
Neruda (1904-1973), Odas Elementales (1ª ed. Editorial
Losada S. A. Buenos
Aires 1954) in Antología
fundamental. Selección de Jorge Barros. Pehuen Poesia. Santiago de Chile 1988. (pág. 182 a 184).
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